Una de los ingredientes necesarios para la elaboración de una novela, son los personajes sin ninguna duda. Queramos o no queramos, ellos son los que van a transformar nuestra historia y llevarla, en ocasiones, hasta cotas insospechadas; porque no hay ya ni que mencionar, la de personajes rebeldes que se oponen a cualquier argumento solido y bien construido, empeñándose una y otra vez, en hacer lo que ellos quieran.
El caso es que construyendo yo mismo un de los muchos personajes que ya he dado a luz, me pregunté: ¿Cuando está completamente acabada la creación de un personaje?
Cuando iniciamos una historia, creamos un argumento y una trama; un hilo conductor que conecta todas las demás historias secundarias, y en medio de todo esto, pues lo personajes. Generalmente solemos tener un cierta idea, o mucha de alguna personajes de nuestra historia; sabemos ya de antemano como son y los vemos claros, pero otros, no son tan visibles y no se muestran tan claros. Esto obviamente es un quebradero de cabeza a corto y largo plazo, pero vamos analizar todo esto.
¿CÓMO DESCUBRO A MIS PERSONAJES?
Como precedente tenemos que saber y asimilar que, al igual que una persona, nunca, vamos a poder conocer a nuestros personajes al completo. Nos acercaremos mucho en algunos, como he mencionado, pero nunca sabremos con certeza toda su vida. Es fácil de comprenderlo si lo comparamos con la vida real. Cuando conocemos a una persona: ¿sabemos de su vida al instante? ¿sabemos su pasado? ¿conocemos sus manías? No; ¿verdad? Pues a esto mismo me refiero. El conocimiento de un personaje de novela, es un descubrimiento por si mismo que abarca todo el desarrollo de una novela.
¿CÓMO DESCUBRO A MIS PERSONAJES?
Hablando con ellos, observándolos, dejándolos ir a su aire y anotando cada cosa que te transmiten. Deja que campen un tanto por tu mundo creado; no les prives que se suelten la melena, y saquen sus peores intenciones. Tal vez ese personaje que pensabas era un caballero andante, resulta ser un traidor en toda regla; o, esa dama de dulces ojos, es una grosera bruja de poderes terribles.
La confección de un personaje debe ajustarse según avanza la trama. Nunca tenemos que para de borrar y volver anotar sobre nuestros personajes. Tal vez te sientes frente a tu Hoja de Personaje, y comiences a rellenarla y creas tenerlo acabado, pero no es así. Un personaje creado de un “golpe” será un personaje artificial y sin alma alguna. Por eso debemos de siempre tener a mano nuestras Hojas de Personaje, y descubrirlos según avanza nuestra historia para a su vez, corregir la trama y el argumento de ella misma. Y creedme que son capaces de hacerlo. Si un personaje se pone brusco y te dice que por ahí no pasa, y que planifique de nuevo su papel en la historia; amigo/a mío/a, tendrás que hacerlo por mucho que patalees o tengas rabietas.
NO TE DESESPERES
Conocer a un personajes no es fácil. Mantén la calma y no te abrumes. Si no ves con claridad ese personaje, simplemente escribe y ya verás como con el paso de la historia, sabrás si encaja o no en ella. Existe la posibilidad que tengas que ampliar o reducir el repertorio de personajes de tu historia. Por lo tanto, un vez más; no te alejes mucho de esa Hoja de Personaje, porque la usarás mucho.
Autor: “De Roberto Carrasco Calderón”
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